Es una variedad macrocristalina del cuarzo. Su color violeta característico puede ser más o menos intenso, según la cantidad de hierro (Fe+3)
que contenga y las vacantes unidas al Oxigeno que le proporcionan ese
color. Puede presentarse coloreada por zonas con cuarzo transparente o amarillo. Las puntas suelen ser más oscuras o degradarse hasta el cuarzo incoloro.
La amatista es la variedad del cuarzo más apreciada. Las amatistas más perfectas se tallan para joyería,
y el resto se utiliza para hacer objetos de arte. Tradicionalmente, la
amatista se incluía entre las piedras preciosas más valoradas (junto con
el diamante, el rubí, el zafiro y la esmeralda).
Debido a su importancia como gema, existen varios términos utilizados en
joyería para describir las distintas tonalidades de la amatista.
“Siberiana” es la amatista de color violeta intenso con destellos rojos,
la variedad más preciada. También existen gemas que son una mezcla
natural entre amatista y citrino, a las que se les ha dado el nombre de
“ametrino” o “bolivianita”. Por último, la amatista calentada, que adquiere una tonalidad amarillenta, se suele comercializar como citrino (una variedad de cuarzo de color ámbar muy escasa al natural).
Propiedades:
Purifica a todos los niveles: físico, mental, emocional y espiritual. La amatista es una piedra que
consuela en el dolor y proporciona alivio en los momentos de
angustia.
Efecto calmante sobre la mente, facilita la transición de la conciencia
normal al estado de percepción alternativa, actúa sobre el chakra de la corona
y del tercer ojo (frontal).
Sus asociaciones astrológicas son con Aries y Acuario. Atrae el amor,
la buena suerte y ayuda contra el alcoholismo. Da los mejores resultados al ser portada por los
nativos de Aries o Acuario.
Tiene vibraciones sedantes, equilibra el cuerpo cuando hay alteraciones
de sueño, potencia las glándulas endocrinas y el sistema nervioso. Esta
indicado para el tratamiento de la artritis.